martes, 30 de junio de 2009

ANTECEDENTES


Desde hace siglos, culturas de todos los continentes practicaron juegos que incluían una pelota y cuyos objetivos eran o bien pasarla por una abertura o por otra estructura mayor, utilizando las manos, los pies u otras partes de la anatomía humana. La influencia mutua de estos juegos es compleja y difícil de determinar. Algunos de los antecesores milenarios de estos juegos son el pok-ta-pok maya (500 a. C.) llamado tlachtli por los aztecas, el cuju chino (300-200 a. C.), el kemari japonés (200-300 d. C.), el linao mapuche, el episkyros griego y el harpastum romano.
En la
Edad Media europea se practicaron juegos de pelota muy violentos en varias regiones como: la soule al oeste de Francia, el barette al sur, y el calcio en Florencia. En las Islas Británicas se practicaban juegos como el hurling en Cornualles e Irlanda, el camping de East Anglia, el cnapan en Gales y el ba game de los Borders escoceses. Estos juegos carecían de reglas aparentes y no era raro que durante su celebración, que se prolongaba durante días, se produjera algún muerto o pérdidas fatales.
El rugby moderno, al igual que el fútbol moderno, son una evolución directa del fútbol medieval británico, también llamado
fútbol de carnaval (mob football - fútbol multitudinario), un juego de pelota violento y reiteradamente prohibido, de reglas sumamente variables, que se practicaba popularmente en la Islas Británicas durante el medioevo europeo, en el que se usaban tanto las manos como los pies, así como la fuerza para detener a los competidores.
El fútbol de carnaval, recibió a su vez influencias de los otros juegos de pelota que se practicaban en las islas, del pok-ta-pok (de donde tomó el balón de goma), así como del harpastum (forrando de cuero el balón).

Durante el siglo XIX se desarrolló entre los colegios privados de Inglaterra un proceso de definición de las reglas del football, un juego poco definido -que los hispanohablantes denominaron fútbol de carnaval-, que los estudiantes practicaban en cada pueblo británico según sus propias reglas. De ese proceso de reglamentación surgirían el rugby y el fútbol modernos, así como otros deportes emparentados.
La tradición atribuye la invención del rugby a un estudiante de
teología del Colegio de Rugby. Según el relato tradicional, en 1823, durante un partido de football o fútbol de carnaval, William Webb Ellis, «con fina desobediencia de las reglas del fútbol», tomó la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria, obteniendo un gol. La historicidad del hecho ha sido reiteradamente puesta en duda, pero es aceptada oficialmente por la International Rugby Board como primer antecedente del rugby moderno,y el trofeo que se entrega a los ganadores de la Copa del Mundo de Rugby lleva su nombre.
A mediados del siglo XIX surgió la necesidad de unificar las reglas del juego y ponerlas por escrito. En la década de 1840 Gran Bretaña había desarrollado una red ferroviaria que conectó entre sí a las ciudades de la isla y una de sus consecuencias fue impulsar y multiplicar los encuentros deportivos intercolegiales. A pesar de que los contrincantes acordaban antes de cada encuentro las reglas a que se sujetarían, las discusiones y peleas sobre las acciones que estaban permitidas o prohibidas, fue un inconveniente cada vez más notable.

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